Afrodita perdió su deidad
Y ahora somos nada
Y en tus manos,
Una fuente de silencios.
Aquí, en mi soledad
Respiro,
Un aire agotado y temeroso
Una resistencia a caer.
Hervor de sangre
Derramándose en una crisálida sonrisa
En medio de las sombras:
Una rama entretejida
En el fondo de la nada.
jueves, 27 de marzo de 2008
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